Esta crema de muy alta protección UVA/UVB está pensada para todo tipo de piel, especialmente tras peelings o rutinas con AHA/PHA, cuando la piel está más vulnerable frente al sol. Su textura ligera, no grasa y no comedogénica la hace ideal también para pieles mixtas y con tendencia a imperfecciones. Funciona como escudo diario para prevenir manchas, fotoenvejecimiento y mantener un tono uniforme, incluso en entornos urbanos de alta radiación.
Aplica por la mañana sobre rostro y cuello después de tu crema de tratamiento. Para alcanzar la protección indicada, utiliza la cantidad equivalente a dos líneas de crema desde la base hasta la punta de los dedos índice y corazón (aprox. 1,2 ml para el rostro y cuello). Extiende de dentro hacia afuera y reaplica cada 2–3 horas si hay exposición continua, sudor, baño o fricción, especialmente durante curas post‑peeling.
Crème‑Écran Solaire SPF50+ es una excelente base de maquillaje gracias a su acabado invisible, sin efecto blanqueante y con tacto sedoso. Tras absorberse (1–2 minutos), aplica tu primer o directamente tu fondo, evitando “arrastrar” la capa de protección. Si buscas un efecto glow elegante, añade una bruma fijadora al final; si prefieres un acabado mate, fija con un velo de polvo ultrafino sin talco para respetar la sensorialidad premium.
La fórmula está concebida para ofrecer comodidad diaria y alta tolerancia, con un film cosmético ligero que no satura la piel. En piel con hiperpigmentación, resulta clave tras tratamientos renovadores: aplica generosamente, evita exposiciones prolongadas y reitera durante el día si hay luz UV intensa o pantalla solar indirecta. Combínala por la mañana con un serum antioxidante/iluminador y, por la noche, con texturas reparadoras para sostener la barrera y minimizar el rebote.
Integra por la mañana una esencia micro‑peeling de baja frecuencia si tu piel lo tolera, seguida de un serum hidratante/antioxidante, tu crema de día y finalmente Crème‑Écran Solaire SPF50+. Por la noche, apuesta por un serum resurfaçante en cura controlada y alterna con un bálsamo reparador para reconfortar. Este binomio —renovar con inteligencia y proteger con rigor— se traduce en textura más lisa, luminosidad homogénea y un tono visiblemente más uniforme a las pocas semanas.