Rapid Radiance Cleanse está pensado para pieles apagadas, mixtas y grasas con poros visibles o tendencia a la congestión. La combinación de ácido láctico (AHA) y ácido salicílico (BHA) exfolia suavemente, desobstruye y mejora la textura sin dejar sensación de tirantez, mientras las arcillas finas regulan el exceso de sebo. En pieles secas o deshidratadas funciona como “limpieza-tratamiento” gracias a los aceites ricos en ácidos grasos esenciales, aportando confort y suavidad. Si tu piel es muy sensible, introdúcelo gradualmente (días alternos) y ajusta el tiempo de exposición.
Aplica 2–4 pulsaciones sobre la piel seca y masajea durante 60–90 segundos con movimientos ascendentes, insistiendo en la zona T. Emulsiona con agua y aclara, o retira con una manopla de limpieza húmeda para un acabado más profesional. Para un detox intensivo, úsalo como mascarilla: déjalo actuar 2 minutos sobre piel seca y aclara. Si te gusta el ritual sensorial, respira el aroma de neroli, geranio y petitgrain durante el masaje para potenciar el momento bienestar.
Su fórmula se integra fácilmente en una rutina con vitamina C por la mañana y tratamientos perfeccionadores por la noche. Utilízalo antes de tu sérum (hidratante, antioxidante o seborregulador) y tu crema. Si usas retinol u otros AHA/BHA en el mismo día, mantén Rapid Radiance en su papel de limpieza y evita sumar exfoliantes en exceso para no sensibilizar; alterna noches de activos más potentes. Después del limpiador, aplica protector solar de amplio espectro cada mañana para maximizar la luminosidad y uniformidad del tono.
El efecto es inmediato: piel más radiante, textura más lisa y poros ópticamente más afinados tras el primer uso, gracias a la acción combinada de AHA/BHA y arcillas. Con uso diario, notarás una mejora progresiva de la uniformidad, menor congestión y un aspecto de poro más compacto en 2–4 semanas. La presencia de PoreAway™ y Detoxophane ayuda a perfeccionar el relieve y a reforzar la respuesta frente a la polución, manteniendo la piel fresca y equilibrada a lo largo del día.
Sí, siempre que ajustes la frecuencia y el tiempo de contacto. Empieza 3–4 veces por semana y reduce el modo mascarilla a 60–90 segundos si notas sensibilidad; prioriza el masaje corto y aclara con agua tibia. Ten en cuenta que contiene ácidos y aceites esenciales aromáticos: si tu piel reacciona a fragancias, prueba primero en una zona pequeña. Durante periodos de mayor reactividad (cambio de estación, perimenopausia), refuerza la barrera con tu sérum hidratante y finaliza con una crema calmante para sellar.