Le Masque está pensado para quienes buscan un tratamiento antiedad global de lujo con resultados visibles en minutos: piel cansada, tono apagado, arrugas finas y pérdida de luminosidad. Su tecnología marina trabaja la redensificación, el alisado óptico y la claridad de la tez, por lo que es ideal como “rescate” previo a eventos o como paso semanal dentro de una rutina premium. Funciona en pieles normales, mixtas y secas; si tu piel es sensible, introdúcelo de forma gradual y ajusta el tiempo de exposición a tu tolerancia.
Sobre la piel limpia y tonificada, extiende una capa generosa evitando el contorno de ojos y labios. Deja actuar 5 minutos y retira el exceso sin aclarar para conservar el velo de confort y luz. Úsalo dos veces por semana; en noches de recuperación, puedes aplicarlo como crema nocturna sin aclarado. Para un acabado más “lifting”, trabaja con maniobras ascendentes (mandíbula → pómulos → sien) al aplicarlo y al retirarlo suavemente.
Desde la primera aplicación se percibe una tez más luminosa y uniforme, con arrugas y líneas de expresión ópticamente suavizadas y una sensación de piel descansada. Con uso constante, mejora la transparencia del tono y la percepción de densidad, elevando la calidad del microrelieve sin sacrificar confort. Es un producto diseñado para esa “luz instantánea” que a su vez se consolida dentro de un ritual antiedad de alto rendimiento.
Para potenciar la regeneración y la firmeza, aplícalo tras L’Essence (el sérum intensivo) y finaliza con La Crème (o su versión rica si tu piel es seca). En el día a día, integra protección solar amplia por la mañana para preservar la luminosidad y unificar el tono. Este protocolo crea una sinergia: el sérum trabaja en profundidad, Le Masque aporta el golpe de luz y alisado, y la crema mantiene la hidratación y el soporte dérmico.
Evita el área periocular y los labios, y no lo apliques sobre piel irritada o con lesiones. Si tu piel es muy reactiva, reduce la cantidad y el tiempo a 3–4 minutos, observando la respuesta; siempre retira el exceso con gestos delicados. Antes de un evento, úsalo 24–48 horas antes para asegurar que el maquillaje se funda mejor sobre la superficie alisada, y recuerda que la constancia del ritual es clave para mantener la firmeza y la luminosidad en el tiempo.