Este gel S.O.S está pensado para pieles mixtas o grasas con brotes puntuales: granitos activos, zonas congestionadas y marcas recientes. Su dúo de Ácidos Hialurónicos de medio y alto peso molecular crea una matriz “protectora” sobre el punto de imperfección, mientras el dúo de algas milenarias (Fucus spiralis y Tetraselmis chui) ayuda a regular el sebo y a suavizar el “efecto espejo”. El resultado es una piel visiblemente más limpia y armoniosa en pocos días, manteniendo el confort propio del cuidado de lujo.
Úsalo sobre piel limpia y seca, de forma localizada, mañana y noche. Deposita una pequeña cantidad directamente sobre la imperfección y deja secar por completo antes de continuar con tu tratamiento o aplicar maquillaje; así aseguras que el gel cree su película correctora sin interferencias. Si maquillas, opta por fórmulas no comedogénicas y un toque de corrector a golpecitos, evitando fricción para no romper el “apósito” secante.
La fórmula combina un dúo de Ácidos Hialurónicos que favorece la reparación acelerada y mejora el microrelieve, con un complejo marino seborregulador de Fucus spiralis y Tetraselmis chui. Incorpora además zinc y un fitocomplejo purificante que ayudan a contener los focos bacterianos. Esta sinergia reequilibra la zona, reduce el tamaño y enrojecimiento del granito y mejora la fase post‑imperfección para que la piel recupere su textura más lisa y uniforme.
Por la mañana, limpia con Gélée Douceur Purifiante, equilibra con la Lotion Poudrée Matifiante y aplica tu fluido seborregulador; usa Correcteur Imperfections como gesto puntual sobre el brote antes del maquillaje. Por la noche, repite la limpieza y la loción, aplica el gel localizado y finaliza con un hidratante oil‑free. En semanas de mayor actividad, añade 2–3 veces una mascarilla clarificante para refinar el grano de la piel y prolongar la tez perfectamente mate.
Muchas pieles notan alivio y menor inflamación desde los primeros usos; con constancia, en torno a los 3–7 días la imperfección se acelera y la zona se ve más homogénea. Para mantener resultados, evita gestos agresivos, exfoliaciones intensas sobre el brote y productos oclusivos; apuesta por texturas ligeras, protección solar diaria y una higiene equilibrada que no deslipide. De este modo, el corrector actúa con precisión y tu piel conserva su acabado pulido y elegante día tras día.